martes, 17 de marzo de 2009
El maravilloso mundo de Cadilandia
Lo mismo que decía ayer para la Secta de los Carapapas es extensible para el coro de Sevilla Pecci, un coro que en una final a cuatro hubiera estado dentro, pero que incluso en la final a tres pudiera haber estado porque desde preliminares se le veía con opciones a estar entre los primeros premios del concurso.
Os dejo con el tanguillo que más me ha gustado de ellos, un tanguillo en el que se puede apreciar también el cariño con el que estos coristas, con mayúsculas, lo interpretan y como lo transmiten a sus hijos.
Por cierto y, aunque hace tiempo que no sé de ella, un saludo muy grande y no dejen de visitar la web de carnavaditana.
Escucha mi vida lo que ahora quiere papá enseñarte
para que en tu mente vaya naciendo ya este compás,
el compás de un tango, del tango más gaditano,
el que con estas palmas se va dejando balancear.
Mira como suenan en esta parte que es más alegre
y deja que tu cuerpo se mueva al son que ellas te darán.
Bájalas un poquito que los pianos son importantes,
pa que cuando arranquen hasta tu sangre quiera bailar....
pa que cuando arranquen hasta tu sangre quiera bailar.
Venga, ponte a tocar las palmas conmigo,
no te cortes, hijo mío, que mira tú lo bonitos
que en Cádiz se cantan los tríos.
Yo sé que a tí te gustan los pasodobles
pero ninguno de ellos se pueden tocar con palmas,
la herencia bendita de un pueblo.
Y ahora aquí córtalas, que el tango se va a parar,
y sigue meciéndolas despacito como se mece un recién nacido,
como se mecen tantos barquitos por alta mar.
Y ojalá te haya enseñado todo lo que yo siento por mi compás.
No pierdas el ritmo tócalas fuerte, que es el final,
que el mundo se entere lo que es un tango de carnaval
¡Ay! ¡Ay, de carnaval!.
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