sábado, 22 de agosto de 2009
Que no pare la música
No fue mala la final de coros de ese año, a mi personalmente me encantó con coros como Batmonos que nos vamos, de la Viña, que se llevaría el primer premio. El segundo premio sería para el de Julio Pardo, Garambainas y perendengues; el tercero para el coro que nos ocupa, Que no pare la música, y el cuarto para Barrio Chino.
El coro de los niños llevaría este año la novedad, que causó bastante impacto, de cambiarse el vestuario durante el popurrí. Recordemos también que con éste llevaban cuatro años consecutivos pisando la final, lo cual no es fácil: Puerta del Mar, Camelot, Pasaje a la India y Que no pare la música.
Cuando un coro gaditano te canta un tango
la letra se mezcla siempre con la pasión
no creas que es falso todo lo que yo siento
ni pienses que estoy mintiendo
que sale del corazón.
Se dice que no hay palabras para explicarlo
que no se puede expresarlo que hay que vivir,
yo digo que no hace falta buscar palabras
que Cádiz tú eres muralla, Tacita, playa y jardín,
Calles estrechitas y sonmolientes,
no lleva sangre gitana,
que la esencia es gaditana,
la más antigua del Occidente,
piedras, oleajes y rompeolas
y olor de mariscaores,
de cañas y de pescaores,
de erizos, lisas y de caracolas.
Plazuelas, calles y casas llenas de historia,
balcones, ventanas, patios y corredores,
costumbres y tradiciones
que viven en la memoria
y que llevan el aroma de esta ciudad.
Estas son mis palabras,
estos son tos mis requiebros,
estas son mis palabras
mientras vives en silencio,
estas son mis palabras,
que no logran explicar
que detrás de mi canto hay un corazón latiendo,
que existe una ciudad llamada libertad
tan sencilla y jovial
que dentro mi alma sobran palabras
por decir: "¡Cádiz, por ti me muero!".
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1990,
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